El body positivity es un movimiento que pretende desterrar la idea que sólo unos determinados cuerpos son dignos de ser aceptados; es entender que todos los cuerpos merecen de ser valorados sin recibir los prejuicios de los otros ni los propios. Cuando se habla de un ‘modelo’, se piensa en un ejemplo o paradigma de cómo tendría que ser la sociedad si se plasmara en una sola persona. A pesar de esto, la sociedad siempre ha actuado como limitador individual.

A pesar de que la presión social no es un asunto femenino y los hombres también la sufren, las más afectadas acostumbran a ser mujeres. Desde la niñez, las chicas se ven más presionadas con motivo de su aspecto. Los estímulos que reciben de la televisión, la publicidad y el statu quo los hacen estimarse menos. Pero la presión también viene del entorno más cercano.

La figura de Naomi Finkelstein

Naomi Finkelstein es educadora y directora de programas y comunicación de la web thebodypositive.org y explica este fenómeno social desde un prisma feminista: ‘Las mujeres aprenden desde pequeñas que su apariencia es una de las cosas más importantes. De niñas, los dicen constantemente que son lindas o guapas, las halagan según la ropa y las juzgan por su aspecto.’

La belleza es subjetiva y el sentido común dice que no se puede crear una imagen general considerada bonita en detrimento otros modelos, pero la realidad es diferente y todo el mundo que no se sienta identificado con el canon de belleza establecido quedará automáticamente degradado al grupo de los ‘no-normativos’. Finalmente, esta visión de la belleza contribuirá a hacer un pensamiento hegemónico que puede llegar a modificar el punto de vista personal. En un día como hoy, 8 de marzo, tenemos que insistir en la importancia que tienen las mujeres en nuestra sociedad y el injusto trato que han recibido durante siglos. Aunque parezca que las cosas mejoran, todavía hay mucho que cambiar.