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Lana Rhoades y las secuelas de su paso por el porno

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El sexo es definitivamente algo necesario y positivo para nuestra salud tanto mental como física. Esto lo podemos comprobar en multitud de estudios que han logrado determinar que, en efecto, la salud sexual es imprescindible para una correcta salud mental. El placer sirve como válvula de escape para nuestros problemas y preocupaciones, además de permitirnos disfrutar de un buen chute de dopamina, la hormona de la felicidad. Y estamos hablando de una vida sexual plena y equilibrada, no de una obsesión por el sexo, que puede ser tan peligrosa como una represión de estos instintos primarios. El placer puede convertirse también en una droga, pero debemos controlar precisamente ese límite para no llegar más allá. Todo puede ser positivo en su justa medida, pero convertirse en algo muy negativo si sobrepasamos los límites, aunque esto también dependerá de cada cual, por supuesto.

Lo que está claro es que, salvo a las personas asexuales, que también son más cada día, a todos nos encanta el sexo y disfrutamos de esos ratos de pasión y vicio. De hecho, especialmente a edades juveniles, vemos el mundo del porno como una especie de sueño hecho realidad, una fantasía que nos encantaría cumplir. ¿Trabajar en algo que nos da mucho placer, disfrutar junto a actores y actrices sensuales y atractivos y encima cobrar por ello? Cuando nos domina el deseo y el morbo solo pensamos en lo divertido que debe ser este mundo, llegando incluso muchos jóvenes a probar suerte en esto. Y de hecho, es algo excitante y morboso, pero no es para todo el mundo. Ser actriz porno es un trabajo muy demandante que no consiste solo en acostarse con hombres fornidos y bien dotados, y convertirse en reinas de la popularidad. Hay un lado muy oscuro en esta industria, que sufren especialmente las mujeres, al verse más expuestas. También son las que más ganan, todo hay que decirlo, pero a qué precio… La experiencia de muchas de ellas a lo largo de su carrera suele ser demasiado dura, y hay ejemplos claros de chicas que han tenido que salir del porno para evitar caer en depresiones y problemas graves. Lana Rhoades ha sido una de las últimas en explicarlo.

Quién es Lana Rhoades

Nacida con el nombre de Amara Maple en Chicago, Illinois, en 1996, la joven destacó pronto por su belleza, gracias a su ascendencia checoslovaca. Rhoades comenzó trabajando como camarera en distintos restaurantes de su ciudad, mientras seguía estudiando. Sin embargo, entendió que tenía mucho potencial para convertirse en una estrella del porno, ya que los hombres no dejaban de mirarla. Su mente abierta ayudaba también a no tener prejuicios con respecto al sexo, y a considerarse bisexual, de hecho. No tardó en iniciarse dentro de la industria, con apenas 20 años, en varias de las productoras más potentes. Y es que Rhoades se convirtió en toda una revelación cuando entró en el porno, por su rostro angelical, sus curvas de infarto y su manera tan intensa y espectacular de entregarse ante la cámara.

Su imponente carrera como pornstar

Debutando en 2016, Rhoades pronto comenzó a llamar la atención de productoras como Brazzers o Blacked, las más importantes de la industria. En 2017 ya fue nominada a varios premios AVN, de los cuales obtuvo un par de ellos, destacando el de actriz revelación. Aquel año grabó decenas de escenas y se convirtió en una de las chicas más populares no solo del porno, sino del mundo. Y es que en esta nueva era de redes sociales, las pornstars ya puede ser iconos de la moda y la belleza en Tik Tok e Instagram, convirtiéndose en influencers. Rhoades no solo llamaba la atención por su belleza, sino también por su soltura, su saber estar y esa naturalidad con la que se mostraba en sus redes. Cuando decidió involucrarse también en Onlyfans con su propia cuenta entendió que aquella alternativa podía salvarla.

Y es que la chica se cansó del porno apenas un año y medio después de haber entrado en la industria, y cuando ya había logrado colocarse en lo más alto. Como ocurre con tantas otras chicas, Rhoades tal vez no entendió todas las consecuencias de implicarse en un trabajo como este, donde te expones demasiado ante el público. La propia Rhoades reconoció, tras retirarse, que aquello había sido como una sentencia en vida. Todo el mundo la había podido ver teniendo sexo y eso era algo con lo que tendría que vivir para siempre. Su popularidad le había permitido lograr un buen lugar entre las modelos de Instagram y tener una vía alternativa más allá del cine para adultos, pero también la había condenado.

Retirada y con secuelas graves

En 2018, y tras convertirse en una de las pornstars más deseadas y solicitadas de la industria, Lana Rhoades sorprendió a todos anunciando su retirada. Su caso, en realidad, no es tan extraño como podría parecer, ya que muchas chicas han hecho exactamente lo mismo tras unos pocos meses como pornstars. El glamour que rodea a este trabajo, del que ya hemos hablado en la introducción, es capaz de seducir a muchas chicas que, en realidad, no saben muy bien dónde se están metiendo. Cuando quieren darse cuenta están metidas de lleno en una industria que les exige estar siempre perfectas y llevar a cabo ciertas prácticas sexuales para las que tal vez no estén del todo preparadas. Así lo contaba la propia Lana.

La ex pornstar, reconvertida en modelo erótica e influencer, aseguró que años después de su retirada todavía tenía ciertas secuelas por haber grabado algunas escenas. Ponía por delante que nunca la habían obligado a grabar nada que ella no quisiera, pero que sí que existía ese ambiente de “no puedes negarte a hacerlo si quieres mantener tu lugar”. Rhoiades aseguró que a veces tuvo que entregarse al placer con hombres que no le atraían en lo más mínimo. También tuvo que realizar prácticas demasiado extremas, que no especificó, cuando no estaba preparada para ello. Posiblemente se refiriese a algunas de sus escenas más icónicas, y últimas, como un gang bang o una doble penetración anal, que llevaron su resistencia al extremo. No es de extrañar que poco después de aquello, la chica decidiera dejarlo.

Algo habitual en la industria

Con más de trescientas escenas en su haber, Rhoades aprovechó al máximo su presencia en la industria para ganar notoriedad, y aprovechó esa fama a través de las redes sociales. Es una alternativa que cada vez se está convirtiendo en más habitual entre las actrices porno, como Mia Khalifa o Sasha Grey. Obtienen fama con esta industria pero en cuanto pueden la abandonan, dando a entender que no todo es de color de rosa dentro de ella. No hace tanto que supimos de los casos de algunas actrices que acabaron con problemas mentales, e incluso suicidándose, después de comenzar muy jóvenes en el porno. Una situación que ha puesto en alerta incluso a las propias productoras, que en un afán de mejor, incluyen asistencia psicológica para las actrices antes y después de las escenas.