Salud

La función terapéutica de las prostitutas

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Cuando tenemos algún problema de salud solemos ir al médico, al especialista, para que revise lo que esté mal. Si nos doblamos un tobillo, no tardamos en ir a que nos curen. Cuando nos resfriamos, la visita al doctor para que nos recete medicamentos es obligatoria. Si tenemos problemas de piel acudimos al dermatólogo, y si el problema nos llega en la boca, será el dentista quien nos atienda. Pero esto no es tan sencillo con las enfermedades que afectan a nuestras emociones, a nuestra mente. Los trastornos y problemas mentales no suelen tratarse de una manera tan abierta. A pesar de que son problemas que afectan a nuestra salud, a veces incluso más que los físicos, parece existir todavía cierto tabú a hablar de ellos. Venimos de una sociedad que catalogaba como “locura” cualquier comportamiento extraño. Las personas que eran “diferentes” en este sentido eran marginadas, incluso encerradas.

Hoy por hoy tenemos mayor conocimiento sobre el tema, así como más recursos para solventar esos problemas antes de que se conviertan en algo más grave. Sin embargo, el estigma que sigue sobrevolando la salud mental impide a muchos hablar de ello, o buscar ayuda cuando la necesitan. Si están deprimidos, si empiezan a tener alucinaciones, si la ansiedad está pudiendo con ellos… Tratan de ocultar esos problemas y no sacarlos a la luz por miedo a lo que la gente pensará de ellos.

La salud mental está también muy relacionada con la salud sexual, siendo esta una parte imprescindible también de nuestro bienestar completo. El sexo no es un capricho, no es algo sucio que debamos evitar. Más allá de las elecciones personales de cada cual, el ser humano está preparado para ser sexual. Y en muchas ocasiones, cuando no tenemos el sexo que deberíamos, los problemas llegan incluso a afectarnos mentalmente. Es una situación compleja en la que entran en juego diversos factores, pero está claro que el sexo no puede seguir viéndose como algo sin importancia. La tiene, y mucha, tanto que las prostitutas están comenzando a funcionar casi como terapeutas más que como profesionales de la pasión.

El sexo como necesidad biológica

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A estas alturas, la ciencia ya no tiene tapujos en considerar que el sexo es una necesidad biológica tan importante como cualquiera otra. Son muchas las investigaciones que han encontrado resultados sorprendentes a la hora de comparar a las personas que tienen sexo de forma habitual y las que no lo tienen. Mayor propensión a sufrir depresión, ansiedad o estrés, problemas todos ellos mentales que se relacionan también con  una baja autoestima, o con la frustración del deseo no consumado. Hay personas que aseguran ser asexuales, y otras que deciden, por propio voluntad, no tener relaciones. Puede que encuentren la forma de sustituir esa necesidad con otro tipo de recursos. Sin embargo, el sexo es algo liberador, algo que equilibra nuestro bienestar mental, que nos hace sentir bien, en definitiva. Y eso no hay quien lo discuta a día de hoy.

Por qué acudir a una prostituta

Cuando necesitamos comer, por pura necesidad biológica, vamos a la tienda a comprar algo para quitarnos ese hambre. Lo mismo ocurre cuando tenemos sed. Las necesidades fisiológicas deben ser cubiertas para llevar una vida sana. Y en cuanto a las emocionales… Hay muchas personas que no encuentran ese cariño que necesitan, esa aceptación en los demás, lo cual puede provocarles ciertos problemas de socialización. También puede llegar a afectar a la manera en la que nos vemos nosotros mismos, nuestra autoestima. Las necesidades amatorias y sexuales son igual de importantes, y por desgracia, no todos las tienen cubiertas. Hay muchos hombres y mujeres que no encuentran una pareja sexual adecuada, ni siquiera para cubrir esa necesidad de bienestar sexual.

¿La solución? Acudir a una profesional del sexo para que logre saciar esa parte más sexual que tanto ansiamos. Pero también para que pueda darnos el cariño que necesitamos, el contacto físico que también nos hace falta. El sexo implica una intimidad especial, una complicidad que, aunque solo dure unos minutos, permite generar un vínculo maravilloso entre dos personas. Da igual si no hay sentimientos intensos de por medio, el placer puede llegar a ser suficiente para entender esa necesidad. El sexo despeja la mente, nos permite olvidarnos de los problemas y verlo todo desde una perspectiva más positiva. La reacción química que se genera en nuestro cerebro durante el sexo nos pone literalmente felices, y eso es algo incontestable. Pero no se trata solo de disfrutar del placer carnal.

No es solo sexo

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Las profesionales del placer no solo cumplen una función sexual con su trabajo. En muchas ocasiones, los clientes buscan más el cariño, la conversación y el entendimiento por parte de estas profesionales que el simple sexo. Haya o no relaciones íntimas, las chicas siempre tratan bien a los clientes, les hacen sentirse apreciados, queridos y escuchados. Y sí, cobran por ello, lo cual puede ser visto como algo triste por parte de muchos. Pero habría que ir a la raíz del problema para entender cómo ese hombre ha llegado a ese punto de soledad. Por qué no encuentra a alguien que pueda entenderle, más allá de una escort. La función terapéutica de estas profesionales queda demostrada incluso en personas que han sufrido depresión y logran salir poco a poco gracias a sus encuentros con prostitutas.

Beneficios de los encuentros con prostitutas

Puede sonar sorprendente lo dicho arriba, pero no son pocos los casos en los que los propios médicos han optado por sugerir a sus pacientes un servicio de este tipo. Porque más allá de los dilemas éticos y morales, los encuentros con prostitutas tienen partes muy positivas para los clientes. Empezando, obviamente, por el disfrute carnal y sexual, que es una necesidad más que un capricho, como ya hemos podido corroborar anteriormente. El sexo nos hace sentir bien con nosotros mismos, y debemos despejar nuestra mente de prejuicios sobre el pago o no por una relación carnal. Si necesitamos echar un polvo, si no podemos con la presión o el estrés y sabemos que es la única manera de olvidarnos de todo, ¿cuál es el problema?

Los encuentros con prostitutas son una oportunidad para mejorar nuestra autoestima. Para vernos y sentirnos mejor, y salir de ese pozo en el que muchas veces estamos, pensando que no somos dignos de nada ni nadie. Son una buena forma también de mejorar nuestras aptitudes sexuales, para ser mejores amantes cuando llegue la ocasión de estar con otras chicas. Y por supuesto, suponen un bálsamo para muchos hombres solos que han sido rechazados o marginados por una sociedad demasiado materialista y superflua. Hombres que no encajan en lo que buscan las chicas, y que se ven abocados a vivir en un celibato obligado. Para ellos, la alternativa de las escorts es la única vía para encontrar un poco de placer en eta vida. Y desde luego que nadie les culparía por disfrutar de los beneficios que estas señoritas tan profesionales ofrecen.