Sexo

¿Cómo funciona la industria del porno?

Autor: Adam Andres
Fecha de publicación: enero 30, 2018

Nos estamos convirtiendo rápidamente en una sociedad pornográfica. A lo largo de la última década, las imágenes explícitamente sexuales se han deslizado hacia la publicidad, el marketing y prácticamente todos los nichos de la vida estadounidense. Esta pornografía ambiental está ahora casi en todas partes, desde el centro comercial local hasta la televisión en horario estelar. Según algunas estimaciones, la producción y venta de pornografía explícita representa ahora la séptima industria más grande de América. Cada semana se producen nuevos vídeos y páginas de Internet, aunque ninguna tan buena como hammerporno.xxx, y la revolución digital trae consigo una gran cantidad de nuevos sistemas de entrega. Cada nueva plataforma digital se convierte en una oportunidad de marketing para la industria de la pornografía.

Para sorpresa de nadie, la gran mayoría de los que consumen pornografía son varones. No es ningún secreto comercial que los hombres son altamente estimulados por imágenes visuales, ya sean fijas o de vídeo. No se trata de una novedad, como atestiguan las antiguas formas de pornografía. Lo nuevo es todo sobre el acceso. Tienen acceso casi instantáneo a innumerables formas de pornografía en una miríada de formatos.

Noticias

El porno gratis, un negocio muy rentable

Autor: Adam Andres
Fecha de publicación: diciembre 7, 2017

Todos sabemos que el porno gratis es un negocio muy rentable aunque la clave de ello son muchos aspectos y factores a tener en cuenta. La pornografía encanta a muchísima gente. Los visionados de sexo en internet se multiplican a diario y cada vez son más las personas que reconocen ver sexo en Internet.

Porno y sexo gratis en Internet

El sexo ha encontrado en Internet su nueva casa. Los sex shop, las tiendas de películas y demás espacios han dejado sitio al rey de la casa: Internet está revolucionando la vida sexual de millones de personas que se desinhiben y se desatan con sus cuerpos desnudos, en compañía o en soledad y siempre con la pantalla encendida, emitiendo sus películas preferidas, sus posiciones sexuales soñadas y deseadas. Morbazo hasta el infinito.